Puede ser difícil llevar a tu gato al veterinario si no le gusta el coche. Es desagradable para la mayoría de los gatos viajar en automóvil. Incluso podría ser la peor experiencia para algunos de ellos.
En el momento en que tu gato se sienta cómodo con su transportador, trata de reducir el estrés de visitar al veterinario (o viajar, para el caso) enseñándole a tu gato a tener asociaciones positivas con tu automóvil. Aunque esto puede llevar algo de tiempo y esfuerzo, vale la pena hacerlo. Ten en cuenta las siguientes sugerencias:
Empezar temprano
Los gatitos se adaptan a una nueva experiencia y entorno más rápido que los gatos mayores o adultos. Entonces, entrénalos cuando aún son jóvenes. No te preocupes si tu gato ya no es un gatito. A los gatos mayores todavía se les puede enseñar a soportar viajes en automóvil.
Abordar el mareo por movimiento
Si a tu gato le resulta difícil viajar en coche, acude a tu veterinario para saber si está experimentando mareos. Algunos de los síntomas son náuseas, vómitos, diarrea y babeo. Si crees que tu gato tiene mareos, tu veterinario puede recetarle algún medicamento para el tratamiento. (Antes de administrar cualquier medicamento por tu cuenta, es fundamental pedirle consejo al veterinario).
Deja que tu gato se acostumbre a ir montado dentro del automóvil
Antes de arrancar el motor, lleva a tu gato bien sujeto en su transportín, dentro del automóvil. Coloca un cinturón de seguridad sobre tu gato y siéntate a su lado. Si tu gato permanece tranquilo, recompénsalo con su golosina favorita. Haz esto de nuevo, aumentando lentamente el tiempo de espera en el auto, luego dale golosinas. Si está impaciente e intenta escapar, no le des golosinas, luego intenta hacerlo con menos tiempo dentro del automóvil. Cuando lo devuelvas dentro de la casa, déjalo salir casualmente.
Enciende el motor mientras está dentro del automóvil
Cuando tu gato descubra que está bien sentado en el transportín mientras está dentro del automóvil, enciende el motor y luego dale algunas golosinas. Incluye esto en su rutina y recompensa el comportamiento tranquilo con golosinas, pero detente cuando notes un comportamiento incómodo.
Conduce a distintas velocidades y toma algunas curvas
Cuando tu gato esté acostumbrado a que conduzcas dentro de tu vecindario, intenta conducir una distancia corta a lo largo de un camino sinuoso o una salida en una autopista. Cuando esté bien detenerse, detente y luego dale un premio a tu gato cuando se haya portado bien.
Conduce al veterinario de tu gato
Si tu gato se acostumbra a la rutina, puede sentir cuándo pasará por giros y vueltas. Deja que se acostumbre a la ruta de ida y vuelta al veterinario, siguiendo la misma rutina antes mencionada, y recompensa el comportamiento tranquilo con golosinas.
Incluso haciendo un gran esfuerzo, hay gatos que no se sienten completamente cómodos cuando viajan en un automóvil. Si tu gato es uno de ellos, es posible que sea mejor buscar un veterinario cerca de tu casa o conseguir un veterinario que pueda hacer visitas a domicilio. De esta manera, tu gato permanece tranquilo antes de visitar al veterinario, lo que le permite al médico realizar un examen completo y tranquilo.