Los Ocicats pueden parecer como si caminaran por el lado salvaje, pero son cariñosos, adaptables, curiosos y juguetones, y poseen una fuerte devoción por sus compañeros humanos. Altamente inteligentes, activos y sociales, los Ocicats aprenden rápidamente a responder a sus nombres y se les puede enseñar una variedad de trucos, incluyendo el de venir a la orden. Pedir comida es otro truco que los Ocicats dominan con muy poca insistencia.
La personalidad de los Ocicats es activa, afectuosa, y muy social y adaptable. Los Ocicats tienden a vincularse con una sola persona y prefieren la compañía de esa persona a la de todas las demás, aunque son amigables y cariñosos con los demás en el hogar. Se llevan bien con otros animales y personas, y aprecian que un animal de compañía les haga compañía si se le deja solo durante algún tiempo.
Como sus antepasados abisinios, a los Ocicats les encanta realizar atrevidos bailes de claqué encima de sus librerías para su diversión. Son una raza activa y requieren mucho espacio y muchos juguetes y diversiones para mantenerse ocupados. Como sus antepasados siameses, los Ocicats son vocales, pero no son molestos. Quieren contarte su día cuando llegas a casa por la noche, pero no te aburrirán con todos los detalles. Además, sus voces carecen de la escofina siamesa que algunas personas encuentran molesta. Sin embargo, debido a que son una raza vocal, están muy afinados al tono de voz, y las duras reprimendas verbales pueden herir sus sentimientos sensibles, o incluso dañar la confianza que han depositado en sus humanos favoritos.