Como su pariente de pelo corto , el British Longhair, es reconocible por sus formas redondeadas y mulliditas. Es de porte digno y muy elegante , independientemente del color de su manto. No obstante , el azul es el más habitual en la raza. Más allá de que su pelo largo fué considerado durante bastante tiempo como una tara, a día de hoy está, al fin , valorado como lo que es: un aspecto entrañable. Se trata , en definitiva , de un gato muy tranquilo y cautivador.