La tiña es una infección por hongos que puede afectar el cabello, la piel y las uñas de un gato. Se curará solo con el tiempo, pero un gato puede transmitir la enfermedad a otros animales y humanos mientras está infectado.
La enfermedad es causada comúnmente por hongos Microsporum canis, Microsporum gypseum u Trichophyton que se encuentran en animales infectados o en el entorno de vida del animal. Las esporas pueden vivir hasta 24 meses y favorecer las zonas cálidas y húmedas. Un gato puede tener la enfermedad sin mostrar ningún síntoma.
La enfermedad puede transmitirse por contacto directo o con implementos de aseo infectados. Un sistema inmunológico de gato sano crea resistencia a la enfermedad. Un gato con un sistema inmunológico inhibido, uso elevado de esteroides, mayor, deambulando libremente, desnutrido, enfermo o muy estresado tiene un mayor riesgo de contraer tiña.
Las lesiones cutáneas son el síntoma más común. Las lesiones generalmente desprovistas de pelo se encuentran normalmente en la cabeza, orejas y cola. También puede afectar a las uñas provocando malformaciones. A veces, todo el cuerpo puede infectarse y provocar una afección cutánea escamosa o grasosa.
Una luz negra especializada, la lámpara de Wood, puede diagnosticar algunas especies de hongos. Otro método de diagnóstico es arrancar los pelos alrededor de la lesión y examinarlos con un microscopio. La forma más precisa es recolectar escamas y costras de la piel y realizar un cultivo de hongos.
La tiña se puede tratar con cremas tópicas como miconazol o tiabendazol. En casos severos, un tratamiento tópico usando baños de azufre de cal y combinado con medicamentos como itraconazol, terbafina o greseofluvina. Las salsas tienen un olor fétido y pueden tornar temporalmente el pelaje amarillento, pero son muy efectivas. Siempre consulte a un veterinario para determinar el mejor tratamiento.
Mantener a un gato alejado de un animal infectado y mantener un entorno limpio son buenas formas de prevenir la enfermedad. Si se determina que hay esporas, el área debe limpiarse a fondo, incluidos los conductos de calefacción y refrigeración. Una solución de lejía diluida 10 a 1 y dejada durante 10 minutos matará las esporas. Dado que los humanos pueden infectarse, se recomienda usar guantes al manipular animales infectados y limpiarlos.